top of page

“La verdad histórica es esencialmente revolucionaria”



¡Represión! ¡Hambre! ¡Mandato ilegítimo del régimen de Nicolás Maduro! Son algunos de los encabezados que hacen parte de la campaña mediática contra Venezuela, y que insiste en la crisis económica y de Derechos Humanos que enfrenta el país, omitiendo -intencionalmente- mencionar el contexto histórico, social y político en el que surge la Revolución Bolivariana y que alberga la esperanza de un pueblo por lograr un modelo político basado en la justicia social y el poder popular.


La experiencia política de la Revolución Bolivariana debe encuadrarse entre la explosión y rebelión popular conocida como “Caracazo” (1989), el intento de toma del gobierno por militares nacionalistas en 1992, el primer triunfo electoral de Chávez en 1998, y los cuatro períodos presidenciales hasta su muerte en 2013, que generaron profundos cambios no sólo para Venezuela sino para el tablero político internacional.

La economía venezolana entró en crisis a raíz del endeudamiento en el que incurrió el país después del “boom” petrolero en los años 70. A partir de la caída del precio del petróleo comenzó una ralentización económica paulatina mientras el Estado venezolano aumentaba su recaudación y gastos. Esto causó una devaluación de la moneda en 1983. En 1988 resulta electo Carlos Andrés Pérez, gobierno que planteó una serie de medidas económicas liberalizadoras, tanto de la producción como en los precios de los bienes, proponiendo una progresiva desregulación a través del programa de ajustes macroeconómicos ponderado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).


Al plan de ajuste se lo llamó el “Paquete Económico” e incluía un pack completo de privatización de empresas públicas, el congelamiento de la administración pública, los incrementos en las tarifas de servicios, y la eliminación de todos los controles de precios y cambiarios. Esto generó una oleada de descontento popular, producto de las fuertes restricciones sociales y económicas que llevó al pueblo venezolano a verse sumido en la pobreza y la precarización.


Entre el 27 de febrero y el 8 de marzo miles de personas salieron a las calles a dar testimonio de su rechazo a las medidas neoliberales. Alrededor de 4000 personas fueron asesinadas en la represión que desató el gobierno de Carlos Andrés Pérez. El clima de descontento popular tras el “Caracazo” fue seguido en 1992 por dos intentos de golpe de estado: uno el 4 de febrero del Movimiento Bolivariano MBR-200 – dirigido por Hugo Chávez- y otro el 27 de noviembre. En ese contexto de rebelión y hartazgo popular aparece y se consolida la figura de Hugo Chávez Frías entre los sectores populares y empobrecidos de Venezuela. Declarado culpable de dirigir la rebelión militar, el comandante eterno sería encarcelado.


En marzo de 1993, el Presidente Carlos Andrés Pérez es acusado oficialmente de corrupción por la Corte Suprema de Justicia y obligado a retirarse de la Presidencia. Lo sucedieron dos presidentes interinos hasta las elecciones de 1994 donde Rafael Caldera es elegido como el nuevo mandatario. Una de sus promesas políticas era el indulto a Hugo Chávez. Caldera logró estabilizar medianamente al país en lo político, sin embargo, en lo económico Venezuela no mejoró. Caldera había recibido un país en bancarrota, con un sistema financiero sin liquidez, las instituciones desprestigiadas y las Fuerzas Armadas divididas.


Todo este periodo va a estar marcado por un colapso de los partidos tradicionales y el crecimiento del rechazo popular a las medidas políticas y económicas neoliberales. En medio de este descontento popular, Chávez decidió iniciar su propio movimiento político-electoral, el cual se organizó como el Partido Movimiento Quinta República (MVR). El 6 de diciembre, 1998 es electo Presidente de Venezuela con el 56,5% de los votos.

El proyecto de la Revolución Bolivariana tiene su sustentación filosófica en el llamado árbol de las tres raíces, que recoge el pensamiento de tres revolucionarios: Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez. En relación a esto, el comandante Chávez señaló en una entrevista que “nos definimos como un movimiento bolivariano revolucionario. Lo que perseguíamos era eso, una revolución, una transformación política, social, económica y cultural inspirada en el planteamiento de Bolívar. Diseñamos así lo que hemos llamado el ’árbol de las tres raíces’, que es nuestra fuente ideológica. Consiste en la raíz bolivariana (su planteamiento de igualdad y libertad, y su visión geopolítica de integración de América Latina); la raíz zamorana (por Ezequiel Zamora, el general del pueblo soberano y de la unidad cívico-militar) y la raíz robinsoniana (por Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, el Robinson, el sabio de la educación popular, la libertad y la igualdad).”


Esta teoría fue desarrollada por un grupo de militares venezolanos que conformaron en los años setenta un movimiento con una corriente bolivariana y nacionalista con el objetivo de liberar al pueblo venezolano de la desigualdad, la pobreza y la dominación oligárquica.Tras elintento de la derecha venezolana de derrocar el gobierno de Chávez en el 2002 con la ayuda de los EEUU, este se definiría como anti-imperialista, encaminadose hacia el socialismo.


Este planteamiento en la práctica se volcaría a generar proyectos para reducir las desigualdades sociales y mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables. En este sentido, se crea el Sistema Nacional de Misiones que permitió: la formación de médicos integrales comunitarios y la apertura de consultorios populares, ambulatorios rurales y urbanos; la construcción de escuelas y universidades, con programas educativos de formación integral y de innovación; se fomentó el Cooperativismo, Asociativismo y la Economía Solidaria y se diversificaron los medios de comercialización y mercadeo de diferentes productos; se desarrollaron políticas habitacionales y de trabajo, enmarcadas desde la producción social del hábitat. Se utilizarían estratégicamente, las potencialidades petroleras de Venezuela para apalancar el desarrollo de un modelo político, social y económico alternativo al del sistema capitalista, que fundamentalmente buscaba la salida de la pobreza a través de un proceso de socialización del capital.


En el plano internacional, la Revolución Bolivariana juego un papel determinante en la consolidación de estrategias para fomentar la integración regional y fortalecer los mecanismos de solidaridad, ayuda e intercambio, sin la influencia de EEUU y Canadá. Así surgen iniciativas como la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), en contraposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) promovida por el gobierno de los Estados Unidos; se funda la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en 2008 y la Comunidad de Naciones Latinoamericanas y del Caribe (CELAC) en el 2010. El fortalecimiento de los organismos regionales se dirigió a buscar alternativas para generar economías más justas e independientes y lograr la articulación de políticas sociales que posibilitaran eliminar la desigualdad socioeconómica, alcanzar la inclusión social, fomentar la participación ciudadana y fortalecer con ello la democracia.


Con la iniciativa de Chávez de crear Petrocaribe en el 2005, Venezuela logró establecer alianzas en materia petrolera con los países caribeños. El acuerdo está basado en la eliminación de todos los intermediarios para sólo intervenir las entidades administradas por los gobiernos, sobre los cuales recaería la organización, coordinación y articulación de las políticas energéticas, lo que favorecería a los países para generar estrategias de financiación e intercambio, permitiendo solventar sus crisis económicas, a través de políticas soberanas que no acatan las medidas de austeridad impuestas por el FMI o el Banco Mundial. Esto dejó en jaque los intereses geopolíticos y empresariales de EEUU y los grandes grupos de poder.


Chávez rescató las ideas de soberanía, independencia, y el manejo y administración de recursos naturales, como elementos centrales para frenar la expansión del imperialismo y poder avanzar en la consagración del sueño de Bolívar de consolidar pueblos libres e independientes. Esta es la cara de la guerra en Venezuela, es la piedra en el zapato que EEUU se quiere sacar para poder continuar con sus políticas de saqueo, explotación y sometimiento hacia nuestros países latinoamericanos y caribeños.


* Lic. En educación y Ciencias Sociales, Estudiante de Maestría en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural en Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES), UNSAM. Columnista del programa La Marea, (FM 90.5 Radio Futura), redactora de Revista Trinchera y colaboradora Agencia Timón.

Últimas Noticias
bottom of page