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DÍA INTERNACIONAL DE LA ENFERMERÍA



Cada 12 de mayo se celebra el día internacional de la enfermería. Una celebración, que por segundo año consecutivo, avecina en plena batalla sanitaria.


En estos tiempos donde la pandemia puso y pone la vida de miles esta en jaque, los enfermeros se han transformado en los peones de primera línea que defienden con resistencia heroica la salud de muchos de pacientes y familiares.


La falta de personal médico en este contexto mundial de pandemia, fue uno de los grandes alicientes que atentaron contra la esperanza de la sociedad. Pero ante la carencia de estos actores y el miedo, fueron los enfermeros y el personal auxiliar quienes respondieron con tenacidad, tiempo y vocación.


Las enfermedades, los dolores, las urgencias y las lágrimas han formado parte de este proceso que ha enaltecido una profesión, que hoy podemos reconocer como insoslayable para la sociedad. Como los factores esenciales, aparecen en los momentos críticos.

Cada 12 de mayo es efeméride del nacimiento de la madre de la profesión, de aquí su reconocimiento internacional. Homenajeamos a las enfermeras y enfermeras en estos tiempos tan particulares recordando la historia de la enfermera más famosa del mundo, Florence Nighthingale:


El 12 de mayo de 1820 nació Florence Nighthingale, quien fue reconocida como la pionera en las de la enfermería moderna. Dedico casi la totalidad de sus 90 años a los labores de asistencia sanitaria en la India (tierra que nunca conoció).


Entre octubre de 1853 y febrero de 1856 se desarrolló la guerra de Crimea, conflicto bélico entre el Imperio ruso –en aquel momento en manos de la dinastía Románov– y la alianza del Reino Unido, Francia, el Imperio otomano y el Reino de Piamonte y Cerdeña.


El 21 de octubre de 1854, Florence y un equipo de treinta y ocho enfermeras voluntarias (muchas de ellas inexpertas, y entrenadas por Florence) partieron hacia el frente. Encontraron un panorama desolador: los soldados heridos recibían tratamientos inadecuados por parte de un equipo médico superado por la situación, mientras que los mandos del ejército eran totalmente indiferentes ante el horror de la guerra.


Desde la recamara de su habitación, la enfermera escribió cientos de cartas y registros que daban entidad enfermedades, pestes, malestares y parias de una sociedad sometida. Su trabajo fue la fuente de inspiración Henri Dunant , quien posteriormente fundo la Cruz Roja y fue autor de las propuestas humanitarias adoptadas por la convención de Ginebra.

Algunas de sus observaciones expresaban:


Sobre las hambrunas: “Cinco veces más muertos que en la guerra franco-prusiana. Y nadie se entera. No decimos nada de la hambruna en Orissa, cuando un tercio de su población fue autorizada deliberadamente a blanquear los campos con sus huesos.”


Sobre la paciencia de los campesinos: “No tenemos la seguridad de que todos esos millones de hindúes silenciosos y pacientes seguirán por siempre viviendo en el silencio y la paciencia. Los mudos hablaran y los sordos escucharan.”


El 8 de febrero de 1855 un artículo en The Times la dama de la lámpara y su labor fue descrita de este modo: “Sin exageración alguna es un ángel guardián en estos hospitales, y mientras su grácil figura se desliza silenciosamente por los corredores, la cara del desdichado se suaviza con gratitud a la vista de ella. Cuando todos los oficiales médicos se han retirado ya y el silencio y la oscuridad descienden sobre tantos postrados dolientes, puede observársela sola, con una pequeña lámpara en su mano, efectuando sus solitarias rondas”.


Como en sus inicios, el personal de salud y asistencia muestra sus armas en los momentos críticos, amparado en su sentido de empatía y vocación humanitaria. Un nuevo aniversario, agradecemos a los profesionales de la salud por su desempeño herculeano, su dedicación profesional, y sus infinitas fuerzas para seguir resistiendo los daños del virus covid- 19.

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