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"Educación pública perdida": Entre viejas y nuevas tensiones



En un concepto filosófico la educación es un derecho humano, necesario para para la vida y para la transformación del individuo, como dice P. Freire ”es la transformación de un mundo desigual e injusto por uno ético y profundamente solidario”.


La educación como tal comienza en la familia con los valores la transmisión de cultura, de historias y creencias, y la educación formal especializada forma parte de la responsabilidad del Estado, otro dato que se debe recordar, Sarmiento un liberal buscó por medio de la educación pública, la igualdad social, y la formación del ciudadano.


El enfoque neoliberal de los ’90 por medio de la reforma educativa la educación deja de ser esencial para el gobierno nacional, se produce la transferencia del servicio educativo a las provincias, bajo una política de reducción del gasto público para el Estado Nacional, esto produjo una fragmentación en el sistema educativo aumentando las diferencias regionales e institucionales, cada provincia debió afrontar la prestación en desigualdad de condiciones, los ´ 90 fue la puesta en marcha del mercado como modelo de regulación social acompañado por normativas como la Ley 34195/93, Ley Federal de Educación.


Como diría José Martí, -la educación es liberación con fuerza en el conocimiento pedagógico y técnico, con revalorización en la cultura y el sentido de patria grande, pero abarcativa a todas las clases sociales-.


El desfinanciamiento es una lógica del mercado, son nuevas y viejas formas de ajustes a la educación como también a las condiciones laborales, salariales de sus trabajadores y ahora plasmadas nuevamente en el DNU del gobierno del presidente Milei, en esta batería de defensa de privilegios y de ganancias para la oligarquía y poderes financieros son como la defensa del escudo de Israel para proteger al gobierno sionista, ataca por todos los flancos a la sociedad argentina, a los trabajadores con la reforma laboral, a la cultura con la eliminación y el desfinanciamiento, al sindicalismo con la represión, a los sectores sociales, indígenas, a los asambleístas defensores de los recursos hídricos, ataca al turismo, a los jubilados solo para favorecer al mercado, nada nuevo.


Si bien es cierto que hay problemas educativos, problemas de aprendizaje, debemos enfocarnos en el origen y las causas los datos de la CEPAL nos dice que la Pobreza y exclusión, son los principales actores de la problemática educativa latinoamericana y caribeña. La educación en américa latina aun hoy afronta escenarios muy complejos niñas, niños y adolescentes fueron afectados por una masiva suspensión de clases presenciales.


La pandemia generó uno de los cierres escolares más largos del mundo, y la crisis aún no termina al contrario se agrava, si no somos capaces de ver y entender y pensar que el mercado lo soluciona todo el camino es errado, la conflictividad aumentará a la par de la pobreza y la exclusión. La salida necesita de acciones urgentes y la voluntad de todo el arco político para modificar el rumbo de las políticas educativas y la asignación de recursos para su financiamiento.


Nuestro sistema educativo enfrenta viejas y nuevas tensiones en su objetivo de garantizar el derecho a la educación a lo largo de la vida para todos y todas, el pueblo está obligado a dar esa disputa por el “sentido común” que hoy se define, en parte, en las redes sociales, también hay que abordar el espacio público; movilizaciones, acciones callejeras, clases públicas, colectivizamos y hacer visibles nuestras demandas y preocupaciones es una obligación ciudadana.


Redacción:Luis R. Balderrama (Lic. Ciencias Políticas . Diplomado Ec. Social y Solidaria)


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