Emiliano Martínez: De carne, hueso y salud mental

En el ámbito del deporte en general es habitual que el estado físico sea lo central. Justamente son las lesiones las que quizás son más fáciles en tanto y en cuanto se puede determinar el origen del dolor, y por añadidura se puede diagnosticar y también tratar. Ahora bien, con la salud mental es totalmente distinto. Es allí donde reconocer que se requiere de ayuda profesional implica un enorme proceso interno. El sábado, luego del partido entre México y Argentina, el arquero Emiliano Martínez mencionó que tuvo asistencia y contención psicológica. “Yo sufrí mucho estos tres días, (estuve) hablando mucho con mi psicólogo porque la verdad que me pateen dos veces y me metan dos goles es difícil de tragar. Sé que tengo 45 millones de argentinos atrás mío y le podría haber dado más a ese partido”.
Puede que para algunas personas haya pasado desapercibido pero que un futbolista de la Selección Nacional haya reconocido esta necesidad fue muy significativo. El hecho de exteriorizarlo y contarlo ante las cámaras da cuenta de cómo ya no es un tema que genere vergüenza o pudor como quizás puede haber sucedido en otro momento de la historia del fútbol.
En otros tiempos, entrenar para ser profesional tenía como altísimo costo: mostrarse duro y fuerte para el exterior sin mostrar ninguna debilidad.
Tanto la ansiedad, el estrés, la depresión, la angustia, la frustración, y tantos otros malestares son más comunes de lo que se cree en el ámbito competitivo y de alto rendimiento como el fútbol.
Por tanto, declaraciones como las de “Dibu” Martínez permiten que cada vez más gente se conciencie de que este tipo de problemas son habituales y también es necesario normalizarlo.
Cuando el arquero dijo: “Le podría haber dado más a ese partido”, indudablemente se evidencia un sentimiento de culpa y de angustia. Y no es para menos si hay un país entero que espera el triunfo.
Así como hizo esta confesión pública Martínez no es el primero. Quizás con menor impacto en la prensa, Matías Almeyda o Jonathan Cristaldo dieron a conocer en su momento sus padecimientos. “El año pasado tuve un ataque de depresión y pensé en matarme”, fueron las palabras de Cristaldo en 2018.
Son distintas las situaciones y los contextos, claramente. No se puede comparar la experiencia de jugar en un Mundial con otros eventos deportivos de menor trascendencia. Pero lo que sí es un factor común es que son seres humanos sobre los cuales, en algún momento, pesaron o pesan expectativas altísimas.
En ese sentido, en términos discursivos y de concientización, la palabra del arquero del seleccionado argentino tiene un gran peso. Sobre todo, en estos tiempos donde las redes sociales también son muy crueles. Es sumamente necesario entonces que figuras públicas de este calibre puedan comunicar este tipo de mensajes donde lo principal es preservar la salud mental, porque detrás de cada camiseta hay seres humanos, de carne y hueso, como todos nosotros donde sus padecimientos son igual de válidos que los de cualquiera.
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