Hebe Lencina: “Conozco el ámbito de la educación, conozco las aulas, conozco las realidades”
Hebe Lencina es Licenciada en Educación, analista de sistemas universitaria, profesora de matemática y responsable de alumnos en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ). Además, Hebe es precandidata a consejera escolar por el Frente de Todos de San Vicente y dialogó con La Portada sobre el trabajo territorial en su distrito, cómo se proyecta en el consejo y su labor y experiencia en la docencia.
San Vicente está ubicado al sur del Gran Buenos Aires, este partido incluye también a las localidades de Alejandro Korn y Domselaar. El intendente es Nicolás Mantegazza, del Frente de Todos.
Por Anaclara Herce
-¿Cuál es tu mirada con respecto a la organización universitaria en cuanto a la presencialidad cuidada y el acompañamiento a les estudiantes?
-Desde la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), lugar donde soy responsable de alumnos, fue un trabajo sorpresivo, no estábamos acostumbrados a trabajar en lo virtual, todo era presencial. Nos fuimos acomodando y fuimos acompañando este proceso en conjunto, de la mano de los alumnos. Fuimos acomodando todos los trámites para que nada impida a los estudiantes continuar con la cursada, con cuestiones de equivalencias o relacionadas con lo laboral. Nos pasaba que había alumnos que estaban con el título intermedio y, sobre todo, en el área de salud donde comenzaron a encontrar más oferta laboral y buscamos soluciones. Nos pusimos a la altura de la circunstancia, muchas veces con prueba y error, pero siempre a favor de la alumna y del alumno.
-¿Cómo te proyectas en el Consejo Escolar?
-Hace 18 años que soy docente, lo fui de todos los niveles, desde prescolar, he pasado por primaria, secundaria y terciario. Conozco el ámbito de la educación, conozco las aulas, conozco las realidades. Lo que vengo al consejo escolar es a aportar mi experiencia, a seguir colaborando con lo que vienen trabajando desde el municipio. En nuestro distrito la educación estaba totalmente abandonada. Hoy se construyeron jardines, no teníamos mobiliarios, se pusieron más de 1.600 sillas, más de 170 mesas. Se volvió a poner en marcha la educación, vengo a colaborar y a seguir acompañando este crecimiento.
-Contanos sobre las actividades que realizan en tu espacio de militancia.
-Desde nuestro espacio de militancia tenemos tres ejes principales: educación, ambiente y género. En la Casa del Encuentro, la Casita, como le decimos, nuestro lugar, porque lo hicimos propio y lo queremos trabajamos mucho en pandemia con cursos virtuales. Hoy comenzaron a ser presenciales con protocolo, se dan todo tipo de talleres: macramé, huerta. Además, acompañamos a los estudiantes en la virtualidad, la realidad es que había muchos alumnos y alumnas que tenían un solo celular en su casa, entonces, ¿cómo hacían para estudiar? Nosotros pusimos a disposición una impresora y les imprimíamos las tareas para que las puedan hacer junto a su familia.
Trabajamos todo lo que es ambiental, tenemos más de 30 familias que tienen su huerta familiar y las acompañamos con un botánico.
La parte de género es fundamental, esta pandemia lo visibilizó aún más y venimos acompañando, hemos prestado el lugar para hacer audiencias virtuales, hemos acompañado a hacer denuncias y hemos asesorado. Seguimos trabajando con todos los vecinos y vecinas que pasan por estas situaciones.
Por otro lado, las ollas populares es algo que, obviamente no queríamos que suceda, pero la pandemia y 4 años de macrismo nos llevó a estar aún más con los vecinas y las vecinas. Todos los sábados, incansablemente desde que comenzó la pandemia, realizamos ollas populares a los vecinos del barrio Matadero. También acompañamos a otros merenderos, de distintos vecinos y vecinas, que al ver esta situación comenzaron a hacer sus propios merenderos. Además, el ropero comunitario, la realidad es que cuando empezó a volver la changa podían comprar la comida, pero no un par de zapatillas, un pulóver, una campera. Surgió la necesidad del roperito donde comenzamos a hacerlo móvil, a veces en La Casita, otras veces en distintos barrios.
Es un trabajo en conjunto con un grupo de compañeros y compañeras que me da gusto y orgullo encabezarlo, siempre les importó el otro, siempre apostaron y, en el momento más fuerte de la pandemia salieron a la calle con protocolos cuando más lo necesitaba el vecino y la vecina. Vamos a seguir construyendo y trabajando porque venimos por buen camino.
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