La OMS seleccionó a la Argentina para producir vacunas contra el Covid–19
Se trata de vacunas de plataformas ARN mensajero, realizadas por la empresa Sinergium Biotech. Brasil también será un centro de desarrollo en la región.
La pandemia parece entrar en una nueva fase de vacunación, protocolos y relajación, pero no terminó, y aún hay millones de personas por inmunizar. Y no sólo eso: para que no recrudezca, o aparezcan nuevas variantes, debe pensarse la posible vacunación de refuerzo en 2022. Lo que requerirá un aumento de la producción que, a diferencia de la primera etapa de la lucha contra el coronavirus en la cual predominó la centralización de los laboratorios con sedes en los países desarrollados, en este caso se piensa llevar a cabo con centros de fabricación en las diferentes regiones del mundo. En ese contexto, en vistas a ampliar el acceso en la Región de las Américas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) seleccionó a Argentina y Brasil para que se constituyan en estos países dos centros de desarrollo y producción de vacunas con tecnología ARN mensajero.
“Es un honor para nuestro país que la empresa argentina Sinergium Biotech haya sido seleccionada, entre diversas instituciones científicas latinoamericanas, por la OMS como centro de desarrollo y producción de vacunas con tecnología ARN mensajero en la región”, apuntó la ministra Carla Vizzotti este martes, tras la reunión virtual de la OPS sobre transferencia de tecnología para la producción de vacunas ARNm en las Américas, en la que se produjo el anuncio.
La ministra resaltó la larga trayectoria y altos estándares de calidad de la industria farmacéutica argentina, que cuenta con 200 plantas de producción, de las cuales 160 son de capitales nacionales y 40 del sector público: “Nuestra región cuenta con las capacidades esenciales necesarias para ampliar la producción regional y disminuir las brechas en el acceso a las vacunas, así como a otros insumos estratégicos que padecen nuestros países”.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, aseguró que “sólo mediante la acción colectiva, trabajando hombro a hombro, podemos reducir la vulnerabilidad frente a la pandemia”, y aseguró que la OPS seguirá trabajando para lograr que la región tenga autosuficiencia en tecnología y producción de vacunas y medicamentos.
El origen de la propuesta data del 16 abril de este año, cuando la OMS lanzó un llamado abierto a expresiones de interés -tanto al sector público como al privado de los países de economías emergentes, lo que generó una treintena de respuestas de interés de empresas e instituciones científicas latinoamericanas, entre ellas Sinergium Biotech, que finalmente terminó seleccionada por un comité de expertos independientes (PDVAC), “debido a su amplia experiencia en la producción de vacunas y otros biológicos, y su capacidad de desarrollo de productos complejos, sumado a la experiencia en la distribución de estos productos a nivel nacional e internacional en países de alta competitividad”, según indicaron desde Salud.
Se trata de un grupo empresarial que en 2010, por ejemplo, se alió con la suiza Novartis y produjo vacunas antigripales en el país. También tiene convenios con Pfizer, para la producción de la vacuna neumocócica conjugada. Justamente, la tecnología de ARNm es la que utilizan Pfizer y Moderna en sus vacunas contra el Covid-19. Desde la firma apuntaron hoy que podrán producir “no sólo vacunas sino otros productos pharma, es un verdadero hito para el país y las Américas”.
Según la evaluación de la organización, su experiencia y capacidades tecnológicas permitirán, con el aporte técnico de OPS/OMS y de la comunidad de expertos que apoyan el proyecto, “la transferencia exitosa de la tecnología de ARNm para el desarrollo de vacunas”.
En Brasil, el encargado de llevar adelante este desarrollo será el Instituto de Tecnología en Inmunología Bio-Manguinhos que forma parte de la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ).
Desde la cartera sanitaria sostuvieron que la instalación de estos dos centros busca crear las bases para la puesta en marcha de una colaboración regional tanto en transferencia tecnológica como de conocimiento, que aproveche la cooperación con el centro de transferencia tecnológica ubicado en Sudáfrica, y con otros actores de producción de la región para ampliar la capacidad productiva, “en pro de aumentar la independencia tecnológica de las Américas para vacunas de índole crítico, y en especial para emergencias”.
Si bien evitaron hablar de plazos, indicaron que “se prevé que una vez se cuente con la vacuna, la misma sea evaluada por la OMS con el fin de obtener su recomendación para adquisición a través de las agencias de compra de Naciones Unidas, por haber alcanzado su precalificación, y responder a las recomendaciones internacionales para asegurar su calidad, seguridad y eficacia, con el fin de garantizar un acceso equitativo a este insumo crítico que será ofrecida a los Estados Miembros y territorios a través del Fondo Rotatorio de la OPS, el mayor proveedor de vacunas asequibles desde hace más de 40 años en la región”.
A la Argentina también la amparó la experiencia y los antecedentes, teniendo en cuenta que no es el primer desarrollo en suelo nacional en la vacunación contra el Covid-19. El laboratorio Richmond ya produjo más de 7 millones de dosis de Sputnik V, Mabxience elabora el compuesto primario de AstraZeneca/Oxford que se envasa en México, y aún están en tratativas las posibles fabricaciones locales de Sinopharm y Abdala de Cuba, que ya se usan en menores.
Además, a principios de 2022 podría entrar en Fase 1 con voluntarios la vacuna desarrollada por la Universidad de San Martín y el Conicet, “Arvac Cecilia Grierson”, que será utilizada como un “booster”, un refuerzo de otras, según apuntaron desde el directorio de la Agencia I+D+i, del Ministerio de Ciencia, que ya financió con más de 60 millones ese proyecto. Además, hay otras cinco iniciativas llevadas adelante por universidades y centros de investigación nacionales. Y la Argentina, a través del equipo de Investigación y Docencia del Departamento Materno-Infantil del Hospital Militar Central, forma parte también del proyecto para diseñar una vacuna trivalente destinada a personas mayores que en una misma inyección contenga componentes contra el Covid-19, la gripe y la bronquiolitis comenzará con un ensayo clínico de un nuevo inoculante contra el virus sincicial respiratorio que causa la bronquiolitis.
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