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"La patria rematada"

Redacción: Elvio Zanazzi




El Ministro del Interior, Guillermo Francos, en persona, entregó el proyecto de "Ley Ómnibus" ante el parlamento nacional. Lo recibió un Menem, ¡qué simbólico!, triste sintonía que nos retrocede en el tiempo y nos entristece la memoria. La ley Milei va por lo que llaman la suma del poder público que tanto le achacaron a Rosas. Pero a Rosas se la dieron los gobernadores, aquí, el proyecto viene precedido de un decreto de necesidad y urgencia que entrará en vigencia el 29 de diciembre, o sea dentro de 25 horas. La ley ómnibus consta de 664 artículos en 351 páginas que deberán estar leyendo los y las legisladores/as nacionales contra reloj.

Porque en el mientras tanto el DNU entrará en vigencia, salvo que algún milagro judicial tome en cuenta las distintas presentaciones que se han hecho para impedirlo, cosa rara que crezcan ananás en la Antártida.


Cualquiera de los dos esperpentos normativos presentados bajo amenaza de plebiscito rematarán a nuestra Patria y a la mayoría del pueblo. La minoría millonaria no se toca, gana. Por algo los buffet de abogados de las empresas que deciden el precio del pan, la heladera y el cemento, y la cola que tironea del barrilete que es la patria financiera, prestaron su mejor diligencia para escribir los artículos de la más aberrantes, ignominiosas y antidemocráticas normas surgidas desde las risas sarcásticas de Macri y Milei. El poder económico, nunca patriótico, siempre desestabilizador, es el único beneficiado con este intento de golpe de Estado que no tiene precedentes en democracia.


Estamos en las puertas de un ultraje del que me parece que aún no hemos tomado la debida dimensión. El megaproyecto implica la privatización de las empresas públicas, película que ya vimos y sufrimos: desocupación, despidos masivos, cierre de ferrocarriles, entrega de tecnología y conocimiento, estado de sitio, paliza y asesinato a manifestantes, ¿exagero o ha pasado? Menciono de lo peor, pero hay más que peor.


Ya ni hablemos de la carne incomprable, ni de los medicamentos inalcanzables, ni del combustible inechable. Lo que se presentó, lo que ya no se dice sino que se ha hecho, es dejarnos sin soberanía, sin el pan, sin nada de nada.


Un Parlamento que pasa a jubilación; todas las decisiones fueron tomadas desde un solo poder: el Ejecutivo. Nuestra Carta Magna revolcada, nuestra bandera arriada en nombre la libertad, nuestro pueblo condenado a la miseria.


La movilización popular es fundamental, indispensable. La no defección de algún que otro legislador/a es clave, hay que tener los largavistas 24 horas alerta, ¿exagero o ha pasado?.

Es un tiempo de urgencias. La casta son ellos, a la casta ni la tocaron, al contrario, la pusieron a gobernar, y vienen por más, vienen por todo.

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