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Los alimentos volvieron a comandar una inflación histórica: 7,4% en julio





Lo anticipaban los reportes semanales de consultoras de todas las líneas políticas y el Indec lo confirmó este jueves: el Indice de Precios al Consumidor (IPC) promedió una suba del 7,4%, el registro mensual más alto en 20 años.


Además acumuló desde julio de 2021 un aumento del 71%, el dato más alto desde enero de 1992, cuando la variación fue del 76%. Entre enero y julio los precios acumularon una suba del 46,2%.


Como viene sucediendo en forma sostenida, los precios de los alimentos volvieron a ser los de mayor incidencia. En el séptimo mes del año el rubro Alimentos y Bebidas presentó un salto promedio del 6% y contribuyó con 1,49 puntos porcentuales al aumento mensual general. En lo que va del año la incidencia del rubro es de 11,96 puntos porcentuales.


De los 12 rubros que mide el Indec, cinco quedaron por encima del promedio. La de mayor aumento fue Recreación y Cultura, con un 13,2% en el mes de las vacaciones de invierno; Equipamiento y Mantenimiento del Hogar, con un 10,3%; Restaurantes y Hoteles, con el 9,8% asociado también al receso de invierno; Prendas de Vestir y Calzado, con el 8,5%, y Bienes y Servicios Varios, con el 8,1%.


Por debajo del promedio figuran Salud, con el 6,8%; Bebidas Alcohólicas y Tabaco, con el 6,4%; Educación con el 6,1%; Alimentos y Bebidas, con el 6%; Comunicación, con el 5,5%; Transporte, también con el 5,5%; y Vivienda, Agua, Electricidad, Gas y Otros Combustibles, con el 4,6%.


Diferenciados por categorías, lideraron los aumentos los productos estacionales con un promedio del 11,3% debido a la tracción de alimentos como frutas, verduras, tubérculos y legumbres, además de los aumentos del turismo. El IPC Núcleo aumentó 7,3%. Los precios regulados promediaron una suba del 4,9%.


La región del país con mayor inflación fue la Patagonia, con el 8%; y la de menor nivel de subas fue la región del Noroeste, con el 6,7%.


Alimentos


El aceite, la harina y los productos fabricados con harina repitieron el comportamiento de meses anteriores, afectados por el precio internacional recalentado a su vez por la guerra entre Rusia y Ucrania y por la aparente ineficacia del fideicomiso que creó el gobierno para subsidiar el precio interno.


Productos como el aceite de girasol de 1,5 litros, los fideos secos tipo guisero, las galletitas de agua envasadas, la harina de trigo común 000 presentaron aumentos del 16,4%, 14,3%, 13% y 12,4% respectivamente.


El azúcar aumentó el 30,5% y el dulce de leche registró un incremento del 14,6%.

Pero existieron escaladas todavía más importantes en productos como la cebolla, con un 57,9% de aumento; la lechuga con el 40,5%; y la batata con el 36,5%.


Las carnes aumentaron poco, comparadas con el resto de los productos, y en algunos casos los precios bajaron en forma muy leve. Por caso, el asado cayó 0,5%, el cuadril un 0,9%, y la nalga, un 0,3%. La merluza en cambio subió 9,2%.


En limpieza y tocador lo que más subió fue el algodón con el 11,7%; el jabón en polvo con el 11,3%; el jabón de tocador con el 10,7% y la lavandina con el 10,1%.


Miradas y perspectivas


Los analistas llamaron la atención sobre el carácter histórico de los números del Indec que tanto en el registro mensual como por el acumulado anual remiten a 1992 y a 2002, dos años muy difíciles de la historia argentina para el poder adquisitivo y la calidad de vida de la clase media y los trabajadores.


Lamentablemente, las proyecciones anticipan que la tendencia siguió en lo que va de agosto. La consultora LCG reportó un aumento de Alimentos y Bebidas del 2,14% que anualizado equivale a 7,8%, bastante peor que el 6% que promedió el rubro el mes pasado.


Se prevé que habrá impacto de precios de servicios regulados como el transporte (40%) además de un aumento del 11,3% en la medicina prepaga. También señala que la paritaria de los porteros de edificio repercutirá en las expensas, un combo que agregaría 2 puntos porcentuales de inflación.


Así y todo, LCG cree que, sin los factores estacionales de julio, la inflación podrá bajar en el octavo mes del año hasta el 6%. Además, de septiembre en adelante, calcula que se verán subas del 5,7% en promedio.


Lo mismo ve la consultora ACM, que anticipa una inflación menor para agosto y considera que para lo que resta del año será fundamental la confianza que pueda generar la nueva gestión del Ministerio de Economía “lo cual implica el cumplimiento de las metas del acuerdo con el FMI”. Además, señaló que serán relevantes otras variables como la tasa de interés y el tipo de cambio oficial.


Esta fuente hizo especial hincapié en la crisis política de fines del mes pasado que derivó en el cambio en el gabinete económico. La proyección es que la inflación llegará al 95% en todo 2022.


En una línea similar la Fundación Mediterránea planteó que la posibilidad de generar expectativas es baja sin un “sinceramiento de las tarifas de los servicios públicos”. El think tank advirtió que existe una “inflación reprimida que retroalimenta por la caída de las reservas del Banco Central, que agita especulaciones acerca de una aceleración de la tasa de devaluación del peso”.


El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) llamó la atención sobre los fuertes aumentos en turismo y hotelería y en indumentaria, dos sectores que cuentan con diferentes tipos y niveles de respaldo mediante políticas públicas.


También posó la mirada sobre los productos condicionados por los precios internacionales y el impacto de la guerra. En el IPC esos artículos registran en promedio subas menores que el resto pero siguen aumentando a contramano de otros países en los que los precios de los productos bajan.


A futuro, el CEPA cree que los formadores de precios seguirán aprovechando la inestabilidad macroeconómica para aumentar, entre otros factores.


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