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Se cumplen 46 años de la Noche de los Lápices



A 46 años de la Noche de los Lápices y con la presencia de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la Secretaría de Derechos Humanos realizará una jornada de homenaje en Tecnópolis titulada ¡Siempre Presentes! el viernes 16 de septiembre.


El evento, que tendrá lugar de 10:30 a 16:00 en el Auditorio Cultura, estará dirigido a estudiantes secundarios en el marco de la campaña “Participar es tu derecho”, la cual busca difundir y promover el derecho a la participación y a la organización de los jóvenes que asisten a escuelas secundarias del país.


La actividad central será a las 14:00 de la mano de un diálogo entre generaciones: participarán Vera Jarach (Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora) y Buscarita Roa (Abuela de Plaza de Mayo), el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragala Corti, y la legisladora Ofelia Fernández.


El evento contará con la conducción de la streamer y politóloga Leyla Becha y podrá ser seguido en vivo por los canales de YouTube de Tecnópolis y del área de Gobierno.

Además, se pondrá en marcha “Gráfica de una lucha”, una propuesta de armado colectivo de un mural y carteles con consignas sobre las luchas por los derechos humanos, y “El presente del pasado”, reflexión sobre una muestra fotográfica con imágenes sobre la vida cotidiana en dictadura con la presencia de la artista Natalia Calabrese.



La Noche de los Lápices


El 16 de septiembre de 1976 y días sucesivos, jóvenes militantes fueron secuestrados en la ciudad de La Plata por miembros de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.


Eran los primeros meses de la dictadura cívico-militar, que acabaría en diciembre de 1983, y la fecha quedó grabada en la memoria colectiva como “La noche de los lápices”. A partir del 2014, mediante la Ley 27.002, cada 16 de septiembre se celebra el Día Nacional de la Juventud.


La mayoría de los jóvenes tenía militancia política en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), agrupación estudiantil encuadrada en el peronismo de izquierda, y en la Juventud Guevarista, rama juvenil del Partido Revolucionario de los Trabajadores.


"Algunos de ellos habían participado, durante la primavera de 1975, en las movilizaciones que reclamaron y obtuvieron el Boleto Estudiantil Secundario", recuerdan y destacan desde la Secretaría de Derechos Humanos.



Los sobrevivientes


De aquellos estudiantes, hoy continúan desaparecidos Claudia Falcone (16 años), Francisco López Muntaner (16 años), María Clara Ciocchini (18 años), Horacio Ungaro (17 años), Daniel Racero (18 años) y Claudio de Acha (18 años). Gustavo Calotti, Emilce Moler, Patricia Miranda y Pablo Díaz también fueron secuestrados y son los únicos sobrevivientes del hecho.


"Lo predominante era atribuir aquel operativo a la lucha por el Boleto Estudiantil Secundario. Esa movilización fue muy importante, pero había ocurrido con anterioridad, en 1975, y a nosotros nos detuvieron por ser militantes de la UES, nunca me preguntaron por el boleto escolar", dijo Moler.


"La Noche de los Lápices quedó como un ícono muy fuerte en la impronta de los jóvenes; es una fecha para conmemorar a los cientos de chicos que fueron desaparecidos, torturados o que sufrieron cárcel o exilio; violaciones de los derechos por ilusiones propias de su edad", añadió en el marco de un nuevo aniversario del hecho.


Crudos testimonios de algunos sobrevivientes


En el Juicio a las Juntas de 1985, Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes de “La Noche de los Lápices” testificó y brindó un crudo relato del trágico episodio: “Yo estaba durmiendo, siento ruidos, como que golpean la puerta. Al portón grueso le pegan culatazos. Los vi y tenían puesto un pasamontañas en la cabeza. Me agarraron y me tiraron en el piso. Dijeron: ‘Ejército argentino’”.


“Me desnudaron y me pusieron en un catre. Yo seguía gritando. Me dijeron que me iban a dar una sesión de tortura para que no me olvidara. Me quemaron los labios. Se sentía olor a carne quemada cuando me aplicaban la picana. Me pedían a cada rato que les diera nombres”, continuó.


De María Clara Ciocchini, una de las desaparecidas, recordó: “Le pidió a uno de los guardias que no la tocara más, que la matara, pero que no la tocara más”.


Años después, Emilce Moler, otra de las sobrevivientes, se animó a contar su historia. Lo hizo en reiteradas oportunidades e incluso escribió un libro, La larga Noche de los Lápices, siempre dando detalles del terror que vivió: “En la madrugada del 17 de septiembre entró a mi casa una patota armada de encapuchados. Preguntaban por una estudiante de Bellas Artes. Cuando aparezco yo, que era muy pequeña en estatura, de 17 años y en pijamas, quedaron sorprendidos”.


“En el centro clandestino de detención de Arana, en La Plata, estuvimos casi una semana, en las peores condiciones que se puede imaginar que un ser humano le hace a otro. Nos torturaban con todo el sadismo. Recuerdo que había un hombre enorme que me pegaba fuertemente todo el tiempo”, rememoró.

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