Solo el 57 % de las mujeres pueden decidir sobre sus derechos sexuales y reproductivos
Un 57 por ciento de las mujeres en el mundo, pueden tomar decisiones sobre su salud y sus derechos sexuales y reproductivos.
Un 57 por ciento, apenas, de las mujeres en el mundo, pueden tomar decisiones sobre su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. Significa que, según los datos más recientes de Naciones Unidas enfocados en las personas en edad reproductiva de 64 países, y que viven en pareja, el 23 % no puede negarse a mantener relaciones sexuales, el 24 % no puede tomar decisiones sobre su propia atención médica y el 8 % no puede tomar decisiones específicas sobre la anticoncepción.
“Este es el contexto en el que se debe entender la incidencia de los embarazos no intencionales”, explica el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en su informe sobre el estado de la población mundial 2022, “Visibilizar lo invisible. La necesidad de actuar para poner fin a la crisis desatendida de los embarazos no intencionales”. A escala mundial, entre 2015 y 2019 se registraron aproximadamente 121 millones de embarazos no intencionales (ENI) al año, “que representaron en torno del 48 % de la cifra total de embarazos -revela el informe-.
El 61 % de estos embarazos no intencionales terminaron en un aborto inducido”. Si bien la tasa actual de ENI marca un descenso respecto de años anteriores -entre 1990 y 2019, esa tasa se redujo de 79 a 64 embarazos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 49 años-, “en la práctica, el crecimiento de la población durante este período de 30 años se ha traducido en un aumento del 13 % del número absoluto de mujeres que experimentan embarazos no intencionales”, advierte el documento. “La tasa actual de 64 embarazos no intencionales por cada 1.000 mujeres significa que cada año experimentan un embarazo no intencional aproximadamente el 6 % de las mujeres del mundo.” Y examina las correlaciones entre los principales indicadores sociales, económicos y normativos, y las tasas de ENI, así como la proporción de ENI que terminan en aborto.
El indicio es claro: los países con mayores niveles de desarrollo social y económico, mayores niveles de igualdad de género y políticas que contemplan un incremento del acceso legal al aborto seguro, experimentan menores tasas de embarazos no intencionales.
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