Uruguay resiste el ajuste neoliberal
Por Roberto D'Alessandro
Desde la asunción de Lacalle Pou a la presidencia de Uruguay, la prensa opositora de nuestro país ha tomado a su administración, como el contrapunto ejemplar y alternativo al manejo de la pandemia desatada por el COVID19. Mas aun, la prensa hegemónica local inviste a Lacalle Pou de la racionalidad y la mesura de la que careceria supuestamente el gobierno argentino.
Lo cierto es que el hoy presidente uruguayo arribó a la primera magistratura encabezando una coalición de partidos y expresiones de centro derecha variopinta entre las que se cuentan Cabildo Abierto, partido fundado por el ex jefe del ejercito y actual senador Guido Manini Rios, simpatizantes bolsonaristas y caciques territoriales del partido Colorado. Pero lo que sin duda constituye un elemento central en el apoyo que la actual administración encuentra al despliegue de sus políticas de ajuste es el rol de la prensa y el control de la opinión pública mediante un aparato conformado por periodistas y editorialistas encargados de demonizar a toda voz que exprese una opinión contraria o siquiera un matiz diferente al discurso oficial. Quien recorra los principales portales de noticias podrá descubrir por si mismo la manera grosera y hasta macartista con que la prensa oficialista defenestra cualquier iniciativa que se apoye en la importancia y el protagonismo del Estado y se aparte del fundamentalismo del mercado.
En este marco Argentina se ha convertido para la prensa uruguaya en su blanco de críticas predilecto y la pandemia y su gestión un tema casi excluyente con el cual confrontarse.
Es cierto que durante los primeros meses (marzo a octubre del 2020) Uruguay había logrado mantener bajos índices de circulación viral en gran parte de su territorio salvo en Montevideo, Canelones y los departamentos de Cerro Largo, Rivera y ciudades binacionales como Chuy. Se establecieron protocolos y a foros para que la actividad económica no se detuviera y se comenzó a apelar fuertemente a la "libertad responsable", delegando la responsabilidad del cuidado a los individuos y culpabilizando del incremento de contagios a grupos y colectivos ya estigmatizados (son los comunistas, los lgbt, etc) A la vez Lacalle Pou organizó un grupo denominado GACH (grupo asesor científico honorario) que desempeñó el triste papel de legitimar las no medidas adoptadas por el gobierno. En definitiva, el gobierno enfrentó la pandemia cerrando fronteras pero no restringiendo la circulación interna. Con la llegada del fi de año y la temporada estival, los contagios se multiplicaron de manera exponencial, llegándose al mes de Marzo del corriente año con un promedio de cuatro mil contagios diarios, lo que en un país de apenas tres millones y medio de habitantes se equipara a cuarenta mil contagios en Argentina. Al día de hoy, Uruguay registra 348.662 personas confirmadas de coronavirus. La tasa de pacientes confirmados en los últimos 14 días es de 1.278,29 por cada cien mil habitantes, significativamente mayor que la de nuestro país que para el mismo periodo alcanzó los 752,03 por cada cien mil habitantes. La situación en Uruguay aunque no se admita en los medios es critica, ubicando en zona roja segun indice de Harvard a todos los departamentos del pais salvo a Montevideo que se encuentra en zona negra.
En medio de este panorama Lacalle Pou no deja se deja convencer por los pedidos de restringir el transporte público urbano e inter urbano entre otras medidas. Por otra parte la cifra de muertos si bien relativamente ubica a nuestro país un poco por encima de la nación vecina (1488 por millón en el caso de Uruguay contra 1953 por igual cantidad en Argentina) tampoco habla de una notable diferencia en ese aspecto sino que, al contrario, de mantenerse las actuales tendencias Uruguay podría aun superar a la Argentina en mortalidad por COVID19 en un plazo no muy largo. Claro que en los análisis parciales de la prensa hegemónica las diferencias y complejidades entre ambos países son olvidadas y en el balance siempre se favorece a la administración vecina.
El papel de Uruguay en la actual coyuntura
Uruguay hoy es un país de importancia táctica y estratégica para los intereses de los Estados Unidos y en cierto sentido está cumpliendo un papel en lo que concierne a política internacional, dentro del eje que conforman Chile, Colombia, Ecuador y el Brasil de Bolsonaro. El ,alineamiento de Uruguay puede verse concretamente en el accionar del secretario de la OEA Luis Almagro solicitó ejecutor colaborador del golpe de estado en Bolivia. También a iniciativa del gobierno uruguayo comenzó a plantearse una discusión dentro del bloque Mercosur tendiente a lograr una mayor apertura comercial mediante tratados de libre comercio con el bloque asiático en principio pero con el objetivo puesto en lograr desactivar los aranceles y mecanismos proteccionista de las industrias regionales. Uruguay es un país pequeño, sin industria, y con una estructura exportadora que desde fines del siglo XIX se mantuvo inalterada, la de un país proveedor de materias primas. En la actualidad tanto la producción de bienes primarios como el control del comercio exterior, se encuentra ultra concentrada en un puñado de familias, bancos y empresas. Es necesario entender que el presidente Lacalle Pou representa tanto por pertenencia a esa clase social ligada al poder desde hace generaciones, como por ser él mismo hombre de la actividad privada ligado a ese sector de la economía quien se beneficia directamente de la apertura y el libre comercio, quien además sostiene que menos regulaciones, menos impuestos para los ricos y sobre todo menos restricciones a la circulacion del capital es el camino. Cualquier cosa dicha en contrario es socializante o populista. Todo esto sostenido en un ajuste del gasto público mediante la suspension de aumentos de salarios y jubilaciones por dos años y un techo a los aumentos en el sector privado por debajo de la inflación.
El 17 de junio último se llevó a cabo organizado por el Plenario Intersindical de Trabajadores - Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) un paro general de 24 horas "contra el hambre, contra la desigualdad, por trabajo, por salario, y contar la discriminación y persecución policial " según palabras de Marcelo Abdala, secretario general de la central sindical. Y es que a pesar del congelamiento de salarios los precios de servicios públicos y alimentos no dejan de subir. El último tarifazo fue el del 12% aplicado a los combustibles que ubica el precio de la nafta en Uruguay entre los más altos de América del Sur (US $1,54)
Lejos de ser el país ideal que proponen ricos y famosos Uruguay, el pueblo uruguayo seria mejor decir, se enfrenta a horas de lucha y resistencia que demandará de sus dirigentes el mayor de sus talentos.
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