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Esto no se aguanta más. Pensemos juntos esta vez


Cuando usted haya terminado de leer esta columna, en cinco minutos aproximadamente, habrán cerrado 3 empresas más, habrá 100 nuevos desocupados, 35 millones de dólares más de fuga, nueva remarcación de precios en las góndolas, una nueva suba del dólar, habrá más hambre, más recesión, más caída del consumo, más desocupación, más destrucción del empleo, más deuda externa, más tarifazos, más aumentos de combustibles y transporte. Y habrá un nuevo audio de la banda mafiosa para estatal que investiga el juez Ramos Padilla. Esto no se aguanta más.


Lamento advertirle que aunque no nos lea, los minutos pasarán igual y el saqueo y la destrucción continuarán.

Guarde estos datos en la memoria y recuérdelos el día que vayamos a votar. Sepa que el presidente y su gobierno le están diciendo que, si ganan en octubre, esta catástrofe económica y social provocada por las políticas neoliberales continuará profundizándose y acelerándose, incluso.


Después no le diga a su familia que no lo sabía. Ahora todos sabemos de qué se trata. Esta vez, la inocencia no participará en los próximos comicios. Esto no se aguanta más.


Mire: sólo en febrero pasado se fugaron 965 millones de dólares y desde el primer día de Macri se fugaron capitales que ya superan los 65.000 millones de dólares. Se fugaron, dijimos. No los busque invertidos en carreteras, en escuelas, en hospitales, en las economías regionales. No están allí, se fugaron.


Y se seguirán fugando hasta el último día de este gobierno. Y si usted les da más tiempo y más chances y más oportunidades, la sangría del país será fatal para todos. Una cosa es simpatizar con una divisa partidaria, y otra cosa es ser cómplice del saqueo. Pensemos juntos esta vez. Esto no se aguanta más.


Entre los escombros merodean las ratas y todo tipo de alimañas que huyen alocadas al sentirse descubiertas por primera vez en la historia. Se espían entre ellos mismos. Se tienden trampas. Roban a cuatro manos. Aprietan hasta imponer por el miedo la confesión necesaria para montar el guión del “se robaron todo”.


Pero están en un callejón que ya no tiene salida. En política, como en la vida en general, cuando agotas todos tus recursos creativos, digámoslo así, y no conseguís los objetivos buscados, el final es inminente. Suben la tasa de interés para planchar el dólar y el dólar sigue subiendo. Y arrastra hacia arriba la inflación. Y la recesión se profundiza. Por aquí no es entonces. Maldicen la memoria popular y centenares de miles de compatriotas rodearon nuevamente con su amor comprometido a Madres y Abuelas este último 24 de Marzo. Esto no se aguanta más.

Pero el gobierno insiste y la banda sigue tocando.


Desde el 2015 se propusieron desterrar de la faz de esta tierra la cultura de trabajo y producción del país peronista. Para tal fin, montaron dos operaciones “de inteligencia” mayúsculas contra Cristina y su gobierno; y las dos fracasaron estrepitosamente. Una operación fue la del falso asesinato del fiscal Nisman y la otra, la de los “cuadernos” metafísicos de Centeno.


Ya sabemos que el retiro de la querella principal y la falta de pruebas de quienes sostenían la hipótesis del asesinato de Nisman, derrumbó la causa.


Y si ahora nos enteramos que los cuadernos no existen, que D’Alessio dice que esa causa la armaron en un cuarto de hotel, que un peritaje oficial fue descartado por “trucho”, que los supuestos “arrepentidos” no eran más que personas apretadas y obligadas a firmar cualquier cosa a cambio de su libertad, que el fiscal Stornelli está declarado en rebeldía por no ajustarse a derecho, entonces, tal causa no se sostiene más.


Estamos en problemas. Se derrumba la economía, se derrumba el peso argentino, se derrumba la credibilidad en el gobierno, se derrumban las causas armadas desde la mentira, se derrumba la Alianza Cambiemos.


En pocos días más seremos testigos de la implosión de la sociedad gobernante. Una buena parte de la ex UCR desatará sus pingos de Balcarce 50 para cabalgar hacia una nueva incertidumbre política comandada por viejos amigos, como Lavagna. El poder económico mediático buscará reagrupar fuerzas en torno al ex candidato presidencial radical filo peronista. Para engrosar esa tropa, procuran tentar a la espiada gobernadora Vidal a sumarse a ellos y abandonar a Macri. ¿Llegarán a tiempo? ¿Podrán enamorar a una sociedad que extraña los tiempos que, con Cristina, llegaba a comer todos los días?


Difícil que el chancho chifle. Lo que está en disputa es el voto de derecha. Lavagna no compite votos con el kirchnerismo, sino con Macri.


Es posible que todo se derrumbe antes de los plazos legales previstos y finalmente la realidad tire del mantel para reordenar todo el escenario político. Nada se descarta en tiempos de tormentas. Seguimos sosteniendo que la escisión de la dupla Vidal/Macri aceleraría la descomposición del elenco gobernante. Allá ellos. Lo cierto es que la experiencia macrista ya entró en la lista del pasado y la frustración nacional.


El peronismo, en su más amplia acepción y alcance, está nuevamente marcando los pasos hacia un futuro más digno para los argentinos. Toda la expectativa gira en torno a Cristina. Su imagen y su representatividad crecen a medida que se derrumba el plan pergeñado por la rancia derecha que supo representar el macrismo. Que la derecha se ocupe de solucionar sus cuitas, es asunto de ellos. El pueblo, una vez más, se reagrupa por abajo y por arriba para cambiar la dirección de los vientos de la historia. Es decir: la esperanza vuelve a ser peronista. Ojalá que no la malogren los buscas de siempre, los trepadores, los oportunistas, los simuladores.

Que así sea.



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